
La ciudad alicantina de Benidorm está sufriendo especialmente las consecuencias de la pandemia en el sector turístico, que se nutre sobre todo del turismo británico.
Según han expresado fuentes hoteleras a Muy Confidencial, “de los 140 hoteles que tiene Benidorm sólo una quincena quedarán abiertos en septiembre”.
El turismo de otoño es sobre todo de personas mayores, jubilados o pensionistas, “Que optará por retrasar vacaciones para cuando haya vacuna o una situación sanitaria más controlada”.
“Además, falta por saber la decisión del Imserso sobre viajes de personas de la tercera edad, que prevemos que no organice viajes este año a la vista del número de contagios diarios que ahora tiene España”, señalan dichas fuentes.
De las 38.000 camas que normalmente ofrece Benidorm en otoño-invierno, la tercera edad ocupa habitualmente 6.000, “cifra que no se prevemos que se logre esta temporada”.