
Puig baraja levantar el cierre de la hostelería a partir del próximo mes si los contagios se frenan y avisa de una desescalada progresiva de las limitaciones
El Consell va a mantener el grueso de las restricciones hasta el próximo 1 de marzo y, de acuerdo a cómo evolucione la pandemia, se planteará realizar «una desescalada lenta y progresiva», según han indicado fuentes de la sede del Gobierno valenciano.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, presidirá mañana una reunión interdepartamental en la que se abordará la situación de la pandemia y la relativa mejora de los datos que las actualizaciones diarias han ido arrojando, con una ligera bajada en el numero diario de positivos, en comparación con semanas anteriores, de los ingresos hospitalarios y en la UCI, de la incidencia acumulada que ya ha bajado del millar de casos en 14 días cuando rozó los 1.500 el pasado 27 de enero, aunque sigue siendo la más alta de España, aunque el número de fallecidos continúa siendo dramático, puesto que ayer se sumaron otros 104 y la semana pasada se sumaron 621.
La reducción de las restricciones, tanto en lo relacionado con el cierre perimetral de la Comunitat Valenciana, volver al toque de queda a partir de las 23 o las 24 horas, o permitir la reapertura de la hostelería son los asuntos que se van a poner sobre la mesa de cara al 1 de marzo, no antes.
Aseguran desde el Palau que de cara al inicio del próximo mes «habrá que hacer una reflexión« para practicar una reducción de las restricciones pero estará »muy vinculada al escenario de la evolución de la pandemia«. Si los datos se moderan mucho más de lo que están ahora, habrá »una desescalada« en la que se levantará el pie del acelerador pero no habrá un frenazo brusco a las restricciones, sino que será muy suave.
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En cuanto al comercio, desde el Palau se señala que no parece que se vayan a plantear cambios por lo que se refiere al horario de cierre, establecido actualmente a las 18 horas, a excepción de los supermercados y tiendas de alimentación, también con el aforo restringido.
Por lo que se refiere a las reuniones familiares en casas particulares, desde el Palau se reconoce que se trata de una medida más disuasoria y de concienciación ciudadana que otra cosa porque es una disposición que prácticamente es imposible hacer cumplir, puesto que no puede haber un policía a la puerta de cada domicilio.